El contagio mundial de la epidemia covid-19 determinó que la mayoría de países paralizaran la operación de vuelos internacionales. Para prevenir contagios y por decisión del Comité de Operaciones de Emergencias (COE – Nacional), el Ecuador fue el primer país sudamericano en adoptar dicha medida el 14 de marzo pasado, con vigencia desde el 17 de ese mismo mes.
La suspensión de vuelos sorprendió a muchos viajeros ecuatorianos que se hallaban en el exterior. Lo mismo sucedió con ciudadanos extranjeros, provenientes de decenas de países que se hallaban en territorio ecuatoriano, de turismo o por negocios. Casos idénticos se dieron alrededor del mundo: varios países fueron cerrando sus fronteras y decenas de miles de vuelos se cancelaron en todo el planeta.
Consciente de la situación de muchos de los compatriotas que no alcanzaron a llegar por las dificultades de transporte y para organizar un retorno ordenado y apegado a los estándares sanitarios internacionales de protección contra el coronavirus, el COE aprobó el 23 de marzo pasado el “Protocolo para el ingreso al país, durante la vigencia del Estado de Excepción, de niños, niñas y adolescentes que están fuera del país sin sus padres o tutores legales, mujeres en estado de gestación, personas con discapacidades y tercera edad”. Este protocolo, como lo indica su título, da prioridad en el retorno al Ecuador a los compatriotas que están en el extranjero comprendidos en cuatro segmentos de vulnerabilidad: menores de 18 años no acompañados por sus padres, mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y personas con discapacidades o que sufran enfermedades catastróficas.
El protocolo también determina que todo viajero que arribe al territorio nacional debe cumplir con el Aislamiento Preventivo Obligatorio (APO), cuarentena de 14 días que debe obligatoriamente acatarse en alojamientos aprobados por el Ministerio de Salud Pública, para garantizar la observancia de la medida. La inicial posibilidad de cuarentena en domicilios particulares quedó descartada por el muy elevado índice de incumplimiento registrado cuando estuvo en efecto a mediados de marzo.
A su vez, debido a la indisciplina de varios viajeros y a la saturación de hoteles, el 30 de marzo se dispuso la suspensión de los vuelos amparados en el protocolo. Resueltos los problemas por la coordinación de instituciones del Estado, por cuanto en varios países la lista de ecuatorianos con vulnerabilidades se ha agotado o es muy baja y, para aprovechar vuelos que vienen a recoger extranjeros al Ecuador, a partir del 5 de abril se retomaron los vuelos, cuidando que los ecuatorianos que regresan al país tengan previamente asegurada una plaza de hotel para cumplir la cuarentena y que se comprometan por escrito a hacerlo según los protocolos del Ministerio de Salud Pública.
Desde que se estableció el Protocolo del 23 de marzo, han retornado más de 1.700 compatriotas al país, procedentes principalmente de Europa y las Américas. La cifra de ecuatorianos que solicitan retornar desde el extranjero, que al 23 de marzo era de aproximadamente 1.250 personas, es fluctuante y ha experimentado un progresivo incremento; hoy se sitúa en alrededor de 5 mil ecuatorianos.
El canciller José Valencia, integrante del COE Nacional, ha expresado en varias entrevistas el Estado ecuatoriano tiene presente y comprende el deseo de muchos connacionales de volver lo antes posible. Valencia ha asegurado que el Gobierno Nacional hace y hará lo posible para que ello se pueda producir, pero tomando siempre, y sin excepciones, las medidas que permitan resguardar la salud de 17 millones de ecuatorianos, para lo que hay que aplicar de manera efectiva las directrices de cuarentena de la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud Pública, incorporadas en los Protocolos y resoluciones del COE Nacional.
Obrar de una manera distinta, como, por ejemplo, permitir la fallida cuarentena domiciliar o simplemente dejar entrar a las personas sin control ni cuidado alguno, que se alojen donde deseen o salgan y rompan las reglas de distanciamiento personal, pondría en riesgo la vida de los propios viajeros, de sus familiares y allegados, y de la comunidad en su conjunto.
Ya todos sabemos de la alta transmisibilidad del virus y del contagio que pueden producir portadores asintomáticos, y que un test rápido del virus cuando no hay síntomas tiene un bajo nivel de efectividad en determinar la presencia o no del covid-19. Por ello la cuarentena es insustituible: es la mejor prevención que conoce la ciencia para frenar la progresión de la epidemia en el país. El incumplimiento de la cuarentena podría traducirse en cientos o miles de contagios y, seguramente, también en la pérdida de cientos de vidas humanas.
Recordó el Canciller que la medida no es exclusiva del Ecuador sino que todos los países han tomado decisiones similares para evitar la propagación del virus, pensando en precautelar de la salud de la población. Países de nuestra región y también de otros continentes exigen cuarentena a quienes vuelven a su territorio, que se cumple en hoteles y centros de alojamiento bajo la supervisión de las autoridades sanitarias nacionales.
Cada uno de los ecuatorianos en el exterior sigue siendo preocupación de la Cancillería, por lo que el Ministerio, en coordinación con las otras carteras de Estado involucradas, continuará buscando la manera de facilitar un retorno seguro al país de las personas que se encuentra afuera, sin dejar, por supuesto, de considerar prioridades por vulnerabilidad y situación socioeconómica, y tomando también en cuenta los mayores riesgos que la enfermedad supone a ciertos segmentos de la población. Hay dificultades que superar, como la escasez de vuelos internacionales ante la suspensión de operaciones normales de la mayor parte de aerolíneas y las determinaciones migratorias de otros países. Miles de ciudadanos extranjeros aún permanecen en el Ecuador, pese a que pueden salir con destino a sus países, por las dificultades de encontrar transportación aérea.
Los consulados ecuatorianos despliegan esfuerzos para atender en la medida de las circunstancias y recursos disponibles a los ecuatorianos que esperan regresar desde el exterior, y posibilitar su retorno ordenado y seguro. Ecuador no cuenta con recursos para pagar el retorno del país de esas personas, pero busca ayudarle en la extensión de sus permisos o visas de estadía, legalización de documentos, conexión con centros de acogida donde ello esté disponible y apoyar el retorno ordenado al país según se vayan presentado vuelos y las prioridades de segmentos de vulnerabilidad establecidas en los protocolos y resoluciones del COE-Nacional.
Varias entidades públicas, bajo coordinación de la Cancillería por disposición del COE nacional, participan en los procedimientos de retorno de los ecuatorianos: las autorizaciones aéreas corresponden al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, por intermedio de la Dirección General de Aviación Civil; los sitios de alojamiento los gestiona el Ministerio de Turismo con el sector hotelero; el ingreso migratorio y control durante el APO corresponden al Ministerio de Gobierno, la Policía Nacional y la Secretaría Nacional de Riesgos; el transporte interno es manejado por la Agencia Nacional de Tránsito, mientras que el seguimiento de los protocolos sanitarios en la cuarentena compete al Ministerio de Salud Pública.
Fuente. Ministerio de Relaiones Exteriores y Movilidad Humana
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