A las 3.00am de esta noche entre sábado y domingo 25 octubre termina el periodo legal: las manecillas de los relojes retroceden de una hora
La hora solar regresa en la noche entre el sábado 24 y el domingo 25 de octubre. Las manecillas del reloj deben retroceder 60 minutos, de 3 am a 2 am, lo que nos da una hora de sueño. Tendremos más luz por la mañana, pero días más cortos por la noche. El horario solar permanecerá activo hasta el último fin de semana de marzo, o hasta la noche entre el sábado 27 y el domingo 28 de marzo de 2021, cuando se realizará el cambio. Podría ser la última vez, porque la Unión Europea lleva tiempo presionando para suprimir el cambio de hora. Este año, sin embargo, con la emergencia del coronavirus en curso, no se ha mencionado y el asunto se ha pospuesto para una fecha posterior.
Las razones del cambio de hora:
La convención de querer que el reloj avance o retroceda todos los años en marzo y octubre está diseñada para aprovechar al máximo las horas de luz disponibles y reducir el consumo de energía. En estos siete meses de verano que terminan hoy, Italia ha ahorrado un total de 400 millones de kilovatios hora de electricidad, equivalente al consumo medio anual de unas 150 mil familias, con un beneficio económico para el sistema de 66 millones de euros. Los datos son recopilados por Terna, la empresa que gestiona la red eléctrica nacional. Impactos positivos también en términos de sostenibilidad ambiental, con 205 mil toneladas menos de CO2 emitidas a la atmósfera. De 2004 a 2020, según el análisis de Terna, el menor consumo eléctrico del país debido al horario de verano fue de un total de unos 10 mil millones de kilovatios hora y supuso, en términos económicos, un ahorro para los ciudadanos de mil millones. y 720 millones de euros. Como es habitual, en abril y octubre, como es habitual, se registraron los mayores ahorros de energía eléctrica (aunque en abril este fue inferior a los valores medios de años anteriores debido a la contracción del consumo vinculada a la emergencia COVID-19). Esto se debe a que estos dos meses tienen días “más cortos” en términos de luz natural, en comparación con los meses de todo el período. Por lo tanto, mover las manecillas hacia adelante una hora retrasa el uso de luz artificial en un momento en que las actividades laborales aún están en pleno apogeo. Sin embargo, en los meses de verano como julio y agosto, dado que los días ya son más largos, el efecto de “retraso” en el encendido de las bombillas se coloca en las horas de la tarde, cuando las actividades laborales están casi terminadas, y se traduce en menos evidente en términos de ahorro de electricidad
Redacción de Il Quotidiano Latinoamericano /
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