El Papa Francisco ha fallecido. El Vaticano está en Sede Vacante. El sorpresivo anuncio lo hizo el cardenal Camarlengo Kevin Joseph Farrell, según lo dispuesto en la Constitución Apostólica que regula la Sede Vacante, Universi Dominici gregis, promulgada por san Juan Pablo II en 1996: «Queridos hermanos y hermanas, con profundo pesar debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».

El cardenal Farrell leyó esta breve y dolorosa comunicación desde la capilla de Casa Santa Marta, residencia de Bergoglio. Junto a él estaban el ex cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, que, como el cardenal obispo elector de mayor edad por nombramiento, presidirá el cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, y los arzobispos Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, y Diego Giovanni Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas papales, jefe del coro de la Capilla Sixtina y delegado papal para la Basílica de San Antonio en Padua.

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